El programa es loable, pero ¿qué quieren las comunidades?: expertos

Laura Poy Solano

Periódico La Jornada

Sábado 2 de febrero de 2019, p. 4

La implementación del programa Sembrando Vida, con el que se busca plantar un millón de hectáreas con árboles frutales y maderables, es un esfuerzo importante y loable para restaurar suelos degradados y recuperar la producción agrícola y forestal, pero enfrenta múltiples desafíos si en verdad quiere convertirse en un programa no sólo exitoso, sino eficaz en el combate al deterioro de los ecosistemas, afirmaron expertos forestales y ambientalistas.

En entrevista, Carlos Ávila, especialista en botánica y agroecología por la Universidad de Veracruz, consideró que hay un esfuerzo positivo del gobierno federal con la creación del programa, pero destacó que se debe considerar qué quieren las comunidades y qué requieren los entornos donde se pretende incidir.

Enfatizó que los pueblos originarios tienen una enorme reserva de sabiduría y conocimientos, y se les debe preguntar qué quieren, qué plantas son las más adecuadas y cuáles se necesitan, porque se ha insistido con dos especies como caoba y cedro, que son especies tropicales, pero no son las únicas.

Destacó que se debe diferenciar por zonas de atención, pues no es lo mismo un bosque de regiones templadas donde puedes encontrar hasta 15 especies arbóreas distintas, a zonas de selva donde en una hectárea se pueden localizar hasta 500 especies distintas.

Plantas nativas y consulta

Araceli Domínguez, presidenta del Grupo Ecologista del Mayab, destacó que el programa debe implementarse principalmente con el uso de plantas nativas y en una consulta muy cercana a las comunidades, que son quienes conocen los entornos. Agregó que se debe contemplar una estrategia de rescate de zonas de selva que tienen que ser restauradas, debido a la creciente destrucción que han enfrentado por el crecimiento de permisos para desarrollos turísticos e inmobiliarios, lo que también afectó las zonas de manglares.

Gustavo Sánchez, presidente del Consejo Directivo de la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Red Mocaf), destacó que con Sembrando Vida hay una oportunidad de atender la degradación de suelos, que en México, dijo, afecta a 50 por ciento del territorio, pero advirtió que es necesario que el programa tenga muy claros sus objetivos y sea incluyente, pues, como está planteado, se dejaría fuera a ejidos y comunidades como sujetos agrarios colectivos, pues sólo se contempla el apoyo para su entrega individual.

Afirmó que en México más de 50 por ciento de la tierra cultivable está en manos ejidales y en cuanto a tierras forestales, 70 por ciento está en posesión de ejidos y comunidades. Apoyamos totalmente la transparencia en la entrega de los recursos, y es posible tener mecanismos de rendición de cuentas aplicados a sujetos colectivos, como los ejidos.

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