El fantasma de Víctor Villalobos

Ojarasca 269/septiembre 2019

EL FANTASMA DE VÍCTOR VILLALOBOS

Red de coordinación en biodiversidad

Víctor Villalobos, titular de la Secretaría de Agricultura en México (Sagarpa), tiene un conocido historial en su país pero se sabe poco de lo que impulsó durante su paso por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). Por dos períodos consecutivos (2010-2018), Villalobos dirigió el IICA, en San José, Costa Rica, que fue creado con base en la estrategia geopolítica de los Estados Unidos para proteger e impulsar sus intereses territoriales por medio del control de la agricultura.

Villalobos ya fue subsecretario de Agricultura (2000- 2002), cuando se encargó de que México firmara un acuerdo con Estados Unidos y Canadá “para burlar los requerimientos del Protocolo de Bioseguridad internacional”y facilitar la exportación de maíz contaminado con transgénicos sin precauciones de bioseguridad a México, “librando de responsabilidad a empresas y países que los producen”. De esta forma, al servicio de la industria biotecnológica ayudó a sabotear “las normas propuestas para proteger el medio ambiente, la salud y la biodiversidad” en auxilio de las empresas transnacionales y los intereses del gobierno de Estados Unidos.

Villalobos se ha desempeñado como “investigador, negociador y líder de grupos multidisciplinarios de análisis y decisión”. Como investigador, “impulsó el desarrollo de la biotecnología agrícola en México y el resto del mundo”, destaca su currículum en el IICA.Fundó la North American Biotechnology Initiative en el 2002, que define las posiciones de Canadá, Estados Unidos y México sobre biotecnología aplicada a la agricultura. Entre el 2004 y el 2010 fue miembro del Comité de Cumplimiento de la Conferencia de las Partes del Protocolo de Cartagena, elegido en la Reunión de la COP del Protocolo de Bioseguridad de Kuala Lumpur, Malasia.

Biotecnología desarrollar el campo 

“La gran fortaleza del IICA es la vinculación directa con las personas que definen las políticas de una institución y del sector en cada uno de sus países”, afirmó Villalobos al presentar los aportes del IICA en favor del sector agrícola costarricense en junio de 2017.En octubre de 2017 presentó el informe de sus ocho años de gestión ante los ministros de agricultura del continente. A nivel hemisférico, trabajó en “la atención de los nuevos requerimientos de la Ley de Modernización de la Inocuidad Alimentaria de Estados Unidos, la participación activa en foros mundiales como el Codex Alimentarius y la promoción de marcos regulatorios de biotecnología y bioseguridad”. Además, ayudó a construir “modelos novedosos de consorcios tecnológicos, certificación orgánica, uso de bioinsumos, manejo de medicamentos veterinarios y plataformas para el intercambio de conocimientos científicos”.

Durante su gestión, el IICA también organizó seminarios sobre Biología Sintética para Tomadores de Decisiones en Biotecnología, en conjunto con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. El IICA define la biología sintética (SynBio) como una rama interdisciplinaria de la biología, que diseña y construye sistemas biológicos con usos potenciales enormes para el agro, la industria, el ambiente y la salud. El IICA promueve abiertamente los transgénicos de nueva generación: “Los científicos han desarrollado cultivos genéticamente modificados que pueden proporcionar mayores rendimientos en menos tierra y una mayor resistencia a la sequía, las enfermedades y las plagas. El uso de la biología sintética en la agricultura beneficia el desarrollo de las plantas mediante la mejora de su rendimiento, resistencia y calidad de producto. Además, aseguró que, indirectamente, reduce las emisiones de gas metano (producto de la ganadería) y puede mejorar la calidad de los suelos”.

Por otra parte, el IICA trabajó muy de cerca con la Oficina Nacional de Semillas de Costa Rica y la FAO para delinear la Política de Estado en materia de Semillas.5

Esta política de Estado construida desde el IICA abarca desarrollo varietal, producción, comercialización, desarrollo de empresas, importación y exportación de semillas, cuestiones de bioseguridad y una plataforma legal que, señalan organizaciones ambientalistas, campesinas e indígenas, obliga a que toda iniciativa o proyecto de producción y abastecimiento de semillas esté bajo el esquema de control oficial de calidad, en detrimento de quienes producen y usan semillas nativas o campesinas. Las normas, sanciones y persecución para quienes no respeten los controles de calidad, la certificación y las reglas para producir y comercializar semillas, así como las normas relacionadas con la propiedad intelectual, los aspectos fitosanitarios, los derechos de los productores y la bioseguridad han sido dictados desde el IICA y la FAO sin consultar con los sectores sociales involucrados.

De vuelta en México 

Con respecto al “nuevo proyecto” agrícola y alimentario que dice desarrollará en el gobierno, Villalobos habla ahora de un proyecto para dar un precio preferencial al maíz criollo para tortillas nixtamalizadas y la industria de cosméticos y colorantes, y otro para que jóvenes rurales vayan a trabajar a las empresas y a las agroindustrias, o que incorporen nuevas tecnologías si se quedan en el campo. También ha dicho que ya no seguirá con los transgénicos, que van de salida, sino que impulsará cultivos producidos con técnicas de ingeniería genética, “a las que las empresas llaman genomic editing”. (El nuevo negocio, por cierto, del “vicepresidente” Alfonso Romo).

Por su historial, sus acciones desde la Sagarpa, sus vinculaciones con las industrias de biotecnología y genética y su trayectoria en el IICA, y el tipo de políticas que impulsa este organismo, queda claro que un funcionario como Villalobos no va a defender ni a las personas campesinas, ni a los pueblos indígenas, ni a la soberanía alimentaria, ni a la agroecología. Su concepción de “desarrollo para el campo” se basa en una visión de cooperación técnica, que amarra todo siempre al servicio de lo que dicta el gobierno estadunidense y sus pares, bajo las reglas de los consorcios internacionales de la agroindustria sobre biotecnología y bioseguridad. Siempre con el discurso de atraer inversión al campo, promover mayores niveles de desarrollo económico, crear más empleos y beneficios para la sociedad, su accionar será fiel al servicio de la industria biotecnológica y genética. Eso es lo que ha demostrado con sus acciones a lo largo de su carrera.

Red de Coo rdinación en Biod iversidad (RCB). Integrada por organizaciones ecologistas, campesinas e indígenas de Costa Rica, se formó en 1997 para ejercer presión alrededor del proceso de creación de la Ley de Biodiversidad de Costa Rica; la primera de su tipo en el mundo. La RCB trabaja en dos ejes principales: biodiversidad y transgénicos.

1. Silvia Ribeiro, “México: Caballo de Troya de los transgénicos en América Latina”, La Jornada, 12 de diciembre de 2003.

2. http://agriperfiles.agri-d.net/display/n1543

3.http://www.iica.int/es/prensa/noticias/el-iica-presentalos- aportes-realizados-en-favor-del-sector-agr%C3%ADcolacostarricense

4.http://www.iica.int/es/prensa/noticias/pa%C3%ADsesdel- hemisferio-ampl%C3%ADan-sus-capacidades-enbiolog% C3%ADa-sint%C3%A9tica

5. http://ofinase.go.cr/politica-nacional-semillas/

6. Silvia Ribeiro, “Nuevo proyecto para terminar el campesinado”, Desinformémonos, 17 de julio de 2018. En: https://desinformemonos.org/nuevo-proyecto-terminar-campesinado/

Juventino Santiago , escritor mixe.

http://ojarasca.jornada.com.mx/2019/09/14/el-fantasma-de-victor-villalobos-1776.html