Luis Hernández Navarro
Joel Aquino, el sabio de la Sierra Norte
La Jornada
Joel Aquino conoció a Lucio Cabañas en 1971. Lejos de su natal Yalalag, Oaxaca, era maestro de primaria en la zona metropolitana, militaba en la Liga Comunista Espartaco y usaba el sobrenombre de Benito. Ese día, Vicente Estrada le llevó al guerrillero al cuarto donde vivía.
Aunque Lucio no le dijo quién era, le preguntó: ¿Qué piensas hacer, Joel?
El zapoteco respondió: Seguir estudiando. Quiero estudiar matemáticas, que es lo que me gusta, e historia. Ya fui a ver a la Escuela de Antropología.
Ayotzinapa, nueve años
La Jornada
Julio César López Patolzin era tan delgado que lo apodaban El Tribi. Tenía apenas 25 años cuando lo desaparecieron el 26 de septiembre de 2014. Trabajó de herrero, chofer y campesino. Tres veces intentó entrar a estudiar a la Normal Rural Raúl Isidro Burgos en Ayotzinapa. No tuvo suerte.
El narco en la Lacandona
La Jornada
El crucero San Javier, en la carretera Palenque-Trinitaria, es punto estratégico del antiguo Desierto de la Soledad. Allí se cruzan las comunidades que integran la comunidad lacandona: Frontera Corozal, Lacanjá y Nueva Palestina, donde viven choles, lacandones y tseltales. El crucero es, simbólicamente, la sede del comisariado de bienes comunales. Allí se encuentra, también, la agencia de la fiscalía indígena y de la policía municipal.
GIEI, la fuerza de la verdad
La Jornada
Juan Salgado Guzmán, también conocido como El Indio o El Caderas, era un eslabón clave para esclarecer la desaparición forzada de los 43 normalistas rurales de Ayotzinapa. Era tío de Mario Casarrubias Salgado, El Sapo Guapo, fundador del grupo criminal Guerreros Unidos. Sin embargo, aunque estaba sometido por agentes de la Fiscalía General de la República (FGR), estos lo ejecutaron extrajudicialmente el 22 de septiembre de 2021, en el municipio de Metepec, estado de México.
La batalla de Frontera Comalapa
La Jornada
La emboscada en que cayó José Fernando Ruiz Montejo, El Poni, y tres de sus guardaespaldas, en el ejido Joaquín Miguel Gutiérrez, Frontera Comalapa, Chiapas, en los límites de Guatemala y México, el 28 de diciembre de 2020, fue el inicio de una guerra entre cárteles en la entidad, que cada día escala más.
La Santa Muerte en Chiapas
La Jornada
La Santa Muerte y Malverde están en todos lados en San Cristóbal de las Casas y en ciudades de Chiapas como Teopisca. Su culto no está encubierto. Los mercados están repletos de elementos rituales propios de su veneración. Las tiendas de herbolaria y magia de la antigua Jovel ahora tienen monumentales Huesudas y Malverdes dando la bienvenida a los fieles.
El polvorín chiapaneco
La Jornada
Chiapas es un polvorín a punto de estallar. La violencia se multiplica de manera alarmante. Los ataques armados de paramilitares contra comunidades zapatistas son frecuentes y se intensifican. Grupos del crimen organizado organizan levas de jóvenes para engrosar sus ejércitos. Miles de desplazados viven en el monte o en poblados provisionales. Bandas de delincuentes motorizadas protagonizan en San Cristóbal verdaderas batallas campales para controlar mercados y rutas de drogas. Cárteles pelean a sangre y fuego por el control de la frontera con Guatemala.