Radiografía chiapaneca en la 4T
El cuerpo de Noé Jiménez Pablo, rociado con ácido, fue encontrado en un basurero, a tres kilómetros de la cabecera municipal de Amatán, Chiapas. Tenía balas en el abdomen y el pecho. Su cabeza y rostro estaban completamente desfigurados.
Un día antes, el 17 de enero, un grupo de pistoleros al servicio de los hermanos Carpio Mayorga, caciques de Amatán, salieron de la casa del ex presidente municipal Wilber, hermano de Manuel, el actual alcalde, con pasamontañas y armas de alto calibre. Dispararon y golpearon salvajemente a los integrantes del Movimiento por la Paz, la Justicia y el Bien Común, quienes, desde hace cinco meses, instalaron un plantón pacífico frente al palacio municipal, para exigir la destitución del edil. Noé quedó tendido en el suelo hasta que los paramilitares se lo llevaron.