
El colado incómodo
A la mesa de la política nacional se coló, sin invitación, un nuevo comensal: el zapatismo.
No viste de etiqueta ni guarda las formas. Usa un lenguaje altanero, lanza improperios y en lugar de limitarse a dar patadas por debajo de la mesa a sus contrincantes, como ordenan los manuales de urbanidad política, desafía de frente a los huéspedes permanentes. Y, en el colmo de la transgresión, su vocero se resiste a seguir la moda fitness y hace ostentación de una imprudente barriga.