Indígenas, los que llevan la peor parte en el precario sistema de salud

En todo México hay apenas 210 traductores en centros médicos para atender a una población de más de un millón de indígenas que sólo hablan su lengua y no entienden el español.

Servindi, 26 de febrero, 2016.- En México existen ocho millones de personas que hablan una lengua indígena. Es justamente esta población la que debe enfrentar día a día las serias deficiencias que presenta el sistema de salud, el cual es acusado además de ser discriminatorio. 

La Maestría en Periodismo sobre Políticas Públicas del centro de investigación CIDE y el medio digital Animal Político se unieron para elaboraron el reportaje web Indígenas y salud: cuando 8 millones de personas no importan, el cual a su vez está compuesto por varios capítulos. 

Estos lo componen textos, videos e infografías elaborados a partir de diversas fuentes: declaraciones de funcionarios públicos, de representantes de organismos internacionales y de los pueblos y comunidades indígenas. Asimismo, de estudios serios de alcance nacional e internacional. 

Para este trabajo el equipo centró su investigación en lo que viene ocurriendo en el estado de Chiapas, sureste de México, en materia de acceso efectivo a los servicios de salud.

Según Alejandro Almaguer, director de Medicina Tradicional e Intercultural de la Secretaría de Salud (SSA), en todo el país hay apenas 210 traductores en centros médicos para atender a una población de más de un millón de indígenas que sólo hablan su lengua y no entienden el castellano.

Para darse una idea de lo grave del asunto, en 485 municipios de México siete de cada diez habitantes hablan una lengua indígena.

Respecto a los establecimiento de salud ubicados en municipios de mayoría indígena, estos presentan menos médicos, menos enfermeras, menos unidades de salud, menos camas hospitalarias, menos especialistas y menos equipos para estudios médicos que en el resto de los municipios.

También se halló que un niño indígena tiene más del doble de posibilidades de morir antes de los 5 años que cualquier otro niño mexicano. Y esto ocurre, como coinciden la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y hasta la Secretaría de Salud, porque hay menos doctores, hospitales y medicinas.

Ser indígena, advierte el reportaje, también implica menos posibilidades de que te atienda un especialista. "Hay 10 veces más pasantes de medicina en estas regiones que en cualquier otro del país."

Ante ello, el reportaje rescata lo conseguido por la población originaria a partir de sus fuertes reclamos. La comunidad de Yabteclum, en el municipio chiapaneco de Chenalhó, es un ejemplo. 

Se lee así que: "Cansados de que la clínica local no funcionara adecuadamente -no tenía médicos, medicinas, ni estudios de laboratorio-, los pobladores se organizaron para presionar a las autoridades municipales para que la equiparan adecuadamente y obligaron a los médicos a cumplir con su trabajo. Hoy cuentan hasta con un dentista."

Respecto a la escasa atención que recibe la población indígena, el reportaje advierte la versión dada por funcionarios del Estado, que señala que son los indígenas los que no quieren atenderse por una "barrera cultural".

El reportaje advierte así que para Lina Berrio, investigadora del Centro de Estudios en Antropología Social (CIESAS), antes que la cultural, la primera barrera que enfrentan los indígenas al tratar de acercarse a los servicios de salud es la del acceso a los centros médicos.

“Hay razones estructurales por las que los indígenas no van a los centros de salud, como la lejanía, el acceso, los costos, la insuficiencia de personal, ¿Para qué voy a ir al centro de salud si no tiene el medicamento que me recetan? o ¿Cómo voy a ir si me implica 3 o 4 horas de camino y pagar 500 pesos que no tengo?”, destaca.

Agrega en ese sentido que no es simplemente que no quieren venir, sino que "hay que ver las condiciones de atención que estoy generando para que estos servicios puedan ser considerados una opción, claro, eso cuando está la clínica, que es la primera barrera”. 

Berrio considera que los indígenas son excluidos del sistema de salud por un “racismo institucional”, el cual se manifiesta en todos los sectores de la vida social, como son la justicia y la educación, entre otros.

Indígenas y salud: cuando 8 millones de personas no importan aborda una serie de puntos, todos ellos sumamente importantes, brinda indicadores y desarrolla muy bien lo que pasa dentro de las comunidades y cómo la población se organiza para afrontar esta dura realidad. 

Compartimos a continuación el enlace al reportaje elaborado por la Maestría en Periodismo sobre Políticas Públicas del CIDE y Animal Político, con el apoyo de la Fundación W.K. Kellogg:

Indígenas y salud: cuando 8 millones de personas no importan

http://www.servindi.org/actualidad-noticias/26/02/2016/indigenas-los-qu…ón+Indigena%29