
Estado, multiculturalismo y multietnicidad
2025
Francisco López Barcenas
Los Derechos indígenas y afromexicanos en las constituciones de México
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Si usted fuera a una tienda y viera un anuncio de galletas que dice "no hay pruebas de que sean malas para la salud", ¿las compraría? Yo no. Y creo que nadie más.
Prácticamente todas las familias de un pequeño pueblo de Mindanao, Filipinas, que viven alrededor de campos de maíz transgénico, comenzaron a tener problemas respiratorios e intestinales, con fiebre y reacciones en la piel, durante el periodo de mayor cantidad de polen de maíz en el aire. El centro de salud de la zona les dijo que era la época de gripe y que seguramente era más contagiosa que de costumbre. Cuatro de las familias que salieron por un tiempo a otras zonas se curaron totalmente, pero al regresar a sus casas volvieron a tener los síntomas.
Kuala Lumpur. El tema de los productos transgénicos es uno de los más acremente debatidos en el mundo. Tales productos implican riesgos para el medio ambiente, la salud, la biodiversidad. La tecnología de la ingeniería genética genera tantas incertidumbres y efectos colaterales inesperados que, en cualquier otro caso, no podría llamarse ni ingeniería ni tecnología. Es como construir un puente tirando bloques de una orilla a la otra, esperando que caigan en el lugar correcto.
Después de su debacle hace poco más de un año en Cancún, la Organización Mundial de Comercio (OMC) parecía moribunda. Las negociaciones no avanzaban. Estados Unidos y la Unión Europea no cedían a las demandas de acceso a sus mercados y de recortes a los subsidios agrícolas hechos por los grandes países agroexportadores del Sur, liderados por Brasil y la India y agrupados en el G-20.
México acaba de firmar un acuerdo con Estados Unidos y Canadá para burlar los requerimientos del Protocolo de Bioseguridad internacional y promover que sigan entrando en territorio mexicano granos contaminados con transgénicos, librando de responsabilidad a empresas y países que los producen. El acuerdo fue signado el pasado 29 de octubre por Víctor Villalobos, de la Secretaría de Agricultura de México (Sagarpa); J. B. Penn, del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, y Andrew Marsland, del Ministerio de Agricultura y Agroalimentos de Canadá.
Privatización eléctrica, de recursos naturales y agua, de instituciones públicas de educación, de investigación, de cultura y artes, impuesto al valor agregado en alimentos, medicinas y libros; la lista parece interminable y aunque responde al mismo modelo no deja de sorprender y provocar reacciones de los sectores sociales directamente afectados y muchos más. Como han dicho varios analistas, se trata de trata de Hood Robin: despojar a los que tienen menos para dárselo a los que tienen más.